El aislamiento social como medida para prevenir el contagio del COVID -19 es efectivo, pero tiene implicancias en la salud emocional de las personas, incluidos niños y adolescentes. Entender cuales son los procesos que viven nuestros seres queridos, es esencial para poder apoyarlos.
La salud mental de los niños en edad escolar durante la cuarentena
Según la doctora Jena Lee, directora de la consulta psiquiátrica infantil de la escuela de medicina de la Universidad de California, el seguir horarios, reglas y tener consecuencias predecibles enseña a los niños como comportarse, fomenta la autodisciplina y el control, pero principalmente entrega seguridad.
Los niños y niñas tienen una rutina para asistir a clases la cual se vio abruptamente interrumpida dado el aislamiento social, esto puede significar una falta de estructura, la cual es especialmente importante para el desarrollo emocional en esta etapa. El impacto de este quiebre en la rutina se puede atenuar con el apoyo en el hogar, que ayude a los pequeños manteniendo una estructura, rutinas, haciendo dinámicas y brindando contención.
Mediante la observación los niños y niñas aprenden de los adultos como seguir una estructura y el modo en que manejan sus emociones, por lo que recae una doble responsabilidad sobre los padres, o el adulto a cargo, poder sobrellevar su propio estrés y ansiedad, junto con orientar al menor en el manejo de sus emociones.
Aunque no se puede asegurar como afectará este aislamiento a los niños de manera colectiva, si sabemos que las consecuencias emocionales dependen en gran medida de la familia que lo acompaña y las herramientas que esta tiene a disposición para brindar estabilidad ante esta situación de estrés, en este escenario, el rol del profesional de la salud también es vital para orientar a los padres en los cambios en la conducta que puedan presentar los niños.
La salud mental en los adolescentes durante la cuarentena
Durante la infancia el centro de la interacción social es la familia, a diferencia de la adolescencia, cuando se desarrollan amistades por intereses en común, las enseñanzas de la vida social que conlleva asistir a clases son diferente a la interacción desarrollada en una videollamada.
Es probable que, en el mediano plazo, sea mayor el impacto emocional en los adolescentes en comparación con los niños, ya que para ellos es más relevante la interacción cara a cara y las tareas cotidianas en conjunto con sus pares.
Para algunos adolescentes antes de la pandemia su mayor preocupación era mantener sus buenas notas y pensar en que hacer terminado el colegio, pudiendo someterse a si mismo a una alta presión, para ellos, esta alteración a su rutina de clases puede desorientarlos y generar preocupación por el futuro escolar y profesional.
Es muy recomendable expresarle a los adolescentes que es normal que experimenten esos sentimientos durante la cuarentena, junto con sugerir centrarse en el presente y promover actividades que requieran concentración física y mental. Preparar un almuerzo que representa la comida de algún país, pintar, son ejemplos de algunas actividades creativas que requieren de concentración y permiten tranquilidad.
Si antes de la pandemia el uso de las pantallas estaba restringido, es recomendable ser más flexible durante la cuarentena, ya que, mediante las redes sociales, los jóvenes pueden mantener la tan necesaria conversación con sus amigos.